LUNES SANTO
Las puertas de la Ermita de las Vacas se abren, sale el cortejo procesional que entre angostas y empedradas calles recorre la majestuosa ciudad de Ávila con su Santísimo Cristo de la Ilusión. Verde y blanco tiñen esta noche Santa que desde el barrio de las Vacas un hijo busca a una madre Esperanza. Ese Cristo de la Ilusión que muere en la cruz es llevado por sus anderos por las callejuelas con un vaiven peculiar, lo mecen con suavidad a golpe de tambor que ruge en la noche. El Patronato de la Santísima Trinidad y nuestra Señora de la Vacas que saca a su Señor de la Ilusión para que el pueblo abulense le rece le pida fuerzas para continuar un año más. Dos hermanos nos cuentan como viven la procesión desde su sentimiento.
Soy un hermano
cofrade Patrono del Ilustre Patronato de la Santísima Trinidad y Nuestra Señora
de las Vacas de Ávila, un patronato con una antigüedad de 756 años como
cofradía de Gloria y de 26 como cofradía penitencial en nuestra Semana Santa de
Ávila.
Desde Fervor de Muralla
han pedido a mi Patronato que algún hermano expresase con sus palabras sus sentimientos, reflexiones, etc. Y son muchas las que se
sienten antes de salir en la procesión del Santísimo Cristo de la Ilusión.
Los sentimientos
empiezan mucho antes de verlo salir a la calle, ese sentimiento que siento cada
domingo cuando voy a la Ermita de Nuestra Señora de las Vacas y me pongo delante de su sagrada imagen. De
pedirle y darle gracias día tras día, y de esa paz que me deja cada vez que me
pongo frente a Él.
Pero ahora en semana
Santa son momentos de Recogimiento, de Oración, de sentir y no saber cómo expresar esos instantes de su
salida y entrada del Santísimo Cristo de
la Ilusión por esa angosta puerta de la Ermita por la que tenemos que sacarle
girado y doblado su madero en su parte superior, de espectacularidad para verle
salir a la calle, de rozarse los nudillos sus anderos, pero que una vez en la
calle ya debajo del caperuzo son mis momentos, mis momentos más íntimos en los
que pido, rezo, pienso, medito, pido por esos familiares que ya no están
conmigo pero que seguro me contemplan, de pensar todo lo que acontecido a lo
largo del año.
Para todo andero o
cofrade de este Patronato es un verdadero orgullo el poder acompañarle o
llevarle sobre sus hombros en ese peculiar andar que llevan sus anderos camino
del encuentro con su Madre en la Plaza de la Catedral en uno de los actos más
bonitos de la Semana Santa de Ávila
Llega el momento y
algunos cuando llegan a tocarse las andas del Cristo y el Trono de la Virgen,
corren las lagrimas por las mejillas debajo del caperuzo y esos tres anderos
tocan con sus manos el trono de la virgen con un sentimiento que nunca se puede
decir ni describir para aquellos que lo hemos vivido.
Ojala sepamos
transmitir ese sentimiento de Padres a Hijos y podemos mantener siempre viva
nuestra querida Semana Santa, esos sentimientos que cada uno llevamos dentro y
esa Ilusión de pertenecer a este nuestro Patronato.
Andero del Cristo de la Ilusión. Cofradia joven
en la Semana de Pasion de nuestra ciudad amurallada. Vivimos los prolegómenos
de nuestra salida a la calle, desde el momento en que bajamos de su pedestal al Santísimo Cristo de la Ilusión, cuando saliendo de su capilla, siempre le miro
con devoción, ya que, el primer encuentro con su madre, es la subida a su trono
procesional y puesto de cara hacia la virgen, bajo a la advocación de Nuestra Señora de las Vacas.
Ya comienza la procesión de lunes Santo o procesión del
encuentro, sale a la calle de costado y girándose hacia la plaza, mira su cruz,
pasando uno de los arcos, cada vez queda menos para el encuentro y en la plaza
delante del templo de todos los abulenses, su madre le mira y se arrodilla. Pasa las calles sin dar un ruido, como esa mujer, que en este año, cumple su
499 aniversario, pasaba de calle en calle, para hacer su labor; y así nuestro Cristo llega a su casa sin antes pasar por delante de tantos conventos que la Santa vio y vivió, La alborada de las campanas ponen en orden a los nazarenos
del cristo de la ilusión para entrar en su casa y empezar la semana de pasión
que tanto sufrió.
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