Miércoles de Ceniza, comienzo de la Cuaresma. La fecha de
todos los cofrades se acerca. En 40 días veremos al Señor victorioso, juzgado,
humillado, muerto y resucitado. Hoy los calendarios marcan el comienzo de la
Semana mas grande de la Religión Católica.
La ceniza es la protagonista de este día. Una impregnación en
la frente con la ceniza nos recuerda que somos polvo, que todo se reduce a eso.
Ceniza realizada con las palmas y ramos que han sido bendecidas el Domingo de
Ramos del año anterior. Un significado encotramos muy facilmente, la gloria con
la que entró Jesús en la Ciudad Santa en pocos dias se desvaneció, al polvo se
redució. Ese polvo que es la alegría de lo más sencillo.
El color morado, color indudable de este tiempo. Color de la
espera que también lo vemos en Adviento a la espera del Nacimiento del Hijo.
Ahora en tal solo cuarenta dias lo veremos muerto por nuestros pecados. El
morado formado por la energía que encontramos en el rojo, color de la sangre
derramada por el Hijo, y formado también por la intensidad del azul, el color
del cielo.
Ayuno y abstinencia marcan este día y los proximos viernes
durante la Cuaresma. El no comer carne nos hace reflexionar sobre lo humildes
que tenemos que ser. Privarse de la
carne, alimento basico, es un signo de
sacrificio, rechazar lo bueno y escoger el camino humilde. La Iglesia nos manda
realizar esto como un signo de comunión con todas las personas. Ricos y pobres
se unen en un mismo sentir.
La cuaresma, tiempo de oración y de encuentro con Dios.
Cuarenta dias en los que vagamos por el desierto de nuestras vidas, evitando
las tentaciones que nos surgen por el camino hasta la Victoria gloriosa de
Nuestro Señor.
Recordemos en este sagrado día que Dios nos perdona nuestros
pecados. Que somos polvo y en polvo nos convertiremos.
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