Tarde de Sabado de Pasión, tarde estudiantil enmarcada en el
V centenario de la Patrona, de la Doctora de las Letras a la que se acoge la
Universidad Católica de Ávila. Un cielo azul resplandece en una tarde gloriosa
donde el morado y el negro lucieron como ningún día a las horas del atardecer. Las
cornetas y tambores se oyen al fondo de la Plaza de Santa Teresa, se acerca el
momento de abrir las puertas de la románica iglesia de San Pedro. Una cruz de guía
sale por el umbral de la puerta para encabezar la procesión, la Biblia como símbolo
de la nueva evangelización en las manos de los cofrades. El Cristo de los
Estudiantes se acerca hasta la puerta que con el mayor cuidado lo llevan hasta
el centro de la Plaza donde tras salir su Santa Madre de la Sabiduría, se
realiza el acto de consagración ante la bella imagen del Cristo. La Catedral
contempla el paso de la comitiva que en el atardecer del Sabado pasa ante ella
majestuosa como siempre. El Cristo avanza hasta la plaza del Mercado Chico
donde el arco se hace pequeño cuando pasa. Caridad del Guadalquivir suena al
pasar la plaza, los anderos mecen a su Cristo con un movimiento impresionante
antes los ojos de todos los abulenses.
María la madre del Salvador, camina tras el con los ojos
bañados en lágrimas, un rosario de dolores entre sus manos entrelazadas para
combatir el dolor que siente al ver a su Hijo clavado en la cruz. El luto de
las Damas de la Soledad la acompañan en su caminar.
Contemplar ese Sabado de Pasión vivido en Ávila, fue una oportunidad
majestuosa de ver a la Hermandad de los Estudiantes desde otro punto de vista,
acostumbrados a la luz de la luna. El cielo del azul se unió al color nazareno
en una gran tarde.
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