Desde el miércoles 25 de enero cuando las puertas de la Gordillas se abrieron, una vez más se pudo ver como en la oscura y fria noche abulense, su Estrella mas importante resplandecía. Ataviada con manto azul inmaculado y mantilla la virgen camino hasta la parroquia del Inmaculado Corazón de María, donde los dias posteriores se celebraría su Triduo. La iglesia del ICM llena en su totalidad los dos días primeros del Triduo, para después acompañar a la Reina hasta su casa de vuelta.
El sábado día 28 de enero se produjo la entrega de medallas a una veintena de nuevos hermanos que depositaban su fe en esta hermandad que poco a poco va creciendo.
Y llego el día esperado, en el que la Madre de Dios baja del cielo para estar mas cerca de nosotros de su ciudad y de todos los devotos que depositan su confianza en ella. Decenas de personas se acercaron hasta la Iglesia de las Gordillas para ver a su Madre. Deslumbrante como en otras ocasiones, la virgen lucía saya color granate y manto azul con especial atención en algunas de sus joyas que estrenaba para este día.
No hay mas que ver Madre los cientos de personas que llegan hasta a ti, para poner sus deseos en tu intersección. Llegar frente a Ti para mirarte fijamente a los ojos y ver como me miras. Ver como tu mirada traspasa hasta lo mas profundo de mi corazón. Y ese momento en el que me tiendes tu mano para que ponga mi beso sobre ti. Esa mano que me sostiene cada día, esa mano que me lleva a tu lado en todo momento.
Madre, Reina y Señora de la Estrella, Avila una vez más a depositado en ti sus anhelos para que otro año más nos protejas bajo tu manto.
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